Diego de Pantoja y las nuevas rutas globales
Palabras clave:
Compañía de Jesús, BeijingResumen
Hace más de 400 años dos hombres realizaron un viaje extraordinario. Matteo Ricci y Diego de Pantoja llegaron hasta las entrañas del imperio chino y se metabolizaron de formas imprevisibles pero inspiradoras para una forma de haberse con la cultura creadora de un sentimiento común de humanidad. Su singladura de Nanjing a Beijing discurrió por un eje comercial y administrativo como era el Gran Canal, y puso paradigmáticamente de manifiesto un fenómeno del todo relevante para la configuración crecientemente global de nuestro mundo: la existencia de corredores culturales por donde la humanidad arriba a síntesis inesperadas. En Oriente y Occidente algunos de estos caminos, como la “Ruta de la Seda” y el “Camino de Santiago”, vienen suscitando una atracción creciente y conociendo una renovación de su antigua esencia en clave global. Los tanteos preliminares que Pantoja legó en su Relación de la entrada de algunos padres de la Compañía de Jesús en la China de 1602 proporcionan algunas claves interreligiosas e interculturales formidablemente actuales de cómo los encuentros a lo largo de dichos corredores culturales pueden tornarse en una experiencia humanizante y pacificadora. Diego de Pantoja merece ser considerado patrón de las rutas que conectan el corazón de Europa y de China.